antes se ha contado
La siguiente ecuación bioquímica (elegante pero fría), describe el tratamiento
biológico de las aguas residuales, vía aerobia:
COHNS + O2 + Bacterias = CO2 + H2O + NH3 + Nuevas bacterias + Energía
Una ecuación bioquímica, elegante pero fría, describe el tratamiento de las aguas
residuales
En ella, COHNS representa los principales elementos químicos presentes en las
aguas a tratar, que son oxidados bioquímicamente, con el concurso de bacterias, para
obtener los correspondientes productos de oxidación, energía y nuevas bacterias (a
las que familiarmente llamaremos lodos o fangos).
De forma gráfica, y simplista, podemos decir que juntamos en un reactor biológico tres
ingredientes básicos (agua residual, bacterias y oxígeno) en las debidas proporciones,
para obtener dos corrientes finales: agua depurada y lodos. Quedando retenidos en
estos lodos una gran parte de los contaminantes inicialmente presentes en las aguas.
El tratamiento aerobio de las aguas residuales
Si bien, esta es la versión oficial del tratamiento aerobio de las aguas residuales, de
un tiempo a esta parte, en las numerosas ocasiones en que hablo sobre este tema en
el ejercicio de mi bendita profesión de Médico del Agua, recurro a un símil, que quizá
no sea tan elegante como la anterior ecuación bioquímica, pero que estimo que sí que
es más cálido y cercano. Este símil queda recogido en la siguiente figura.
El tratamiento aerobio de las aguas residuales desde otro punto de vista
Ahora, el clásico reactor (o cuba biológica) se convierte en un salón de celebraciones,
en el que los comensales son las bacterias y las viandas la parte biodegradable de las
aguas residuales. Un aparato de aire acondicionado se encarga de que los
comensales se encuentren a gusto, para llevar a cabo su ingente tarea gastronómica.
En estas condiciones, los comensales, una vez saciado su voraz apetito, se entregan
desenfrenadamente a reproducirse (en condiciones apropiadas pueden dividirse cada
15-30 minutos, cifras que ya quisiéramos los futuros pensionistas para la tasa de
natalidad en España). Al mismo tiempo, los comensales van desarrollando fuertes
vínculos unos con otros, lo que les facilita la formación de agregados (flóculos) más
densos que el agua. Esto permite, en una última etapa, la separación por acción de la
gravedad de estos agregados (lodos), de las aguas ya tratadas.
Según la disposición de los comensales en el salón, se distinguen dos tipos básicos
de banquetes: aquel en los que los comensales se encuentran de pie, lo que fomenta
su movilidad y la búsqueda de las apetecidas viandas, y otro, más clásico, en los que
los comensales se encuentran cómodamente sentados (formando un biofilm) y son las
viandas las que van pasando ante sus ojos. Para este último tipo de banquete me
vienen a la memoria imágenes de la película “El festín de Babette”, y quién sabe si el
término biofilm tendrá algo que ver con esto.
Cuando los comensales están de pie, los técnicos del agua hablan de sistemas de
biomasa en suspensión (lodos activos en sus diversas modalidades), mientras que
cuando se encuentran sentados se habla de sistemas de biomasa adherida (lechos
bacterianos, CBR, MBBR).
Los comensales que se mantienen de pie, con el tiempo (unas 6 -24 horas,
dependiendo de la modalidad del tratamiento), son arrastrados hacia la zona de salida
del salón, por lo que para mantener una relación dada entre viandas y comensales (la
famosa carga másica), se procede a devolver al salón a parte de los comensales
(recirculación). Aquí el destino, como en la propia vida humana, juega un papel
importante, agraciando a los comensales con suerte dispar, pues mientras algunos
pasan varias veces por el salón para disfrutar de las ricas viandas, a algunos tan solo
se les permite saciarse en única ocasión.
A los comensales que abandonan definitivamente el salón, por si fuera poca su
desgracia, se les antepone el temible ex- (de connotaciones tan negativas), y
despectivamente se les denomina a partir de este momento, fangos o lodos en “ex-
ceso”.
Cuando los comensales se encuentran cómodamente sentados, formando parte del
biofilm, llega un momento en que ya no hay sillas para todos, por lo que algunos
deben levantarse de la mesa, salen del salón y acaban como lodos en “ex-ceso”. En
este caso, dada la gran cantidad de invitados que siguen sentados a la mesa, no se
requiere la recirculación de comensales al salón de celebraciones.
En este especial banquete, el responsable de su celebración (operador de
EDAR/PTAR), no debe preocuparse por la concurrencia de comensales y viandas,
pues ambos acuden de forma continua y conjunta al salón. Su preocupación,
especialmente por el coste que ello supone, se centra en mantener en operación el
aparato de aire acondicionado, requisito imprescindible para preservar las condiciones
aerobias requeridas por los comensales.
A este tipo de tratamientos de las aguas residuales se ha acordado denominarlos
intensivos, en referencia a la poca superficie que requiere el salón para el consumo de
una gran cantidad de viandas. El aporte continuo de aire (21% de oxígeno), acelera la
elegante (pero fría) ecuación bioquímica del comienzo, lo que hace que el espacio
requerido para el salón de celebraciones sea reducido. Como desventaja, aparte del
elevado consumo energético para el aporte del oxígeno, este ir más rápido genera
una mayor cantidad de residuos (los lodos o fangos en “ex-ceso”).
Pero también existe otro tipo de celebraciones en las que no se recurre al empleo de
equipos de aire acondicionado, sino que se deja el necesario y vital aporte de oxígeno
en manos de sistemas naturales. Esto no debe sorprendernos, pues no olvidemos
que, hoy por hoy, el oxígeno que respiramos proviene de uno de estos sistemas
(fotosíntesis).
En este caso, la elegante (pero fría) ecuación bioquímica, transcurre a velocidad
natural, los comensales son menos ávidos a la hora de devorar las viandas, lo que
hace necesario el disponer de salones más amplios. Ahora, el ahorro del responsable
del salón en aire acondicionado, se contrapone con lo se debe gastar en adquirir un
salón más espacioso. A este tipo de tratamientos los denominamos extensivos, en
alusión a sus mayores requisitos de superficie.
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